La historia de San Nicolás
Uno de los símbolos decembrinos más famosos es Santa Claus, y pensamos en él como una criatura mágica, eterna y bondadosa, pocas personas saben que su personaje está basado en un hombre real. De hecho, en un santo de la Iglesia Católica. Su nombre era San Nicolás, y fue un obispo importante de la zona que hoy es conocida como Turquía.

San Nicolás nació alrededor del siglo IV en una familia muy cristiana y de buenos recursos económicos. Así que fue conocido por ser un hombre piadoso desde que era niño. Cuando sus padres murieron, heredó una gran fortuna con la cual ayudaba a todos los pobres de su región, especialmente a los niños. Su relación con los niños fue tan legendaria que por eso se tomó a San Nicolás como la base del personaje mágico que hoy.

Más tarde, gracias a su excelente trabajo fue nombrado obispo y acudió al Concilio de Nicea donde defendió la divinidad de Cristo. Durante aquel momento histórico, se tiene registro de que ofreció discursos inspiradores, llenos de arrojo y vigor. De tal suerte que se le comenzó a ver como un hombre santo, y hasta se le atribuyeron algunos milagros, lo que ha permitido que sea venerado tanto por la Iglesia de oriente como de occidente.

Al momento de su muerte, el 6 de diciembre de 343, sus restos fueron llevados a Bari, en Italia, y la iglesia se convirtió en un centro de peregrinaje. Los milagros continuaron durante muchos años, especialmente en niños enfermos. Uno de ellos tiene que ver con la Navidad, cuando un niño necesitaba comida o unas monedas, colgaban calcetines en la chimenea y a la mañana siguiente encontraban dentro de ellas monedas de plata, juguetes, o un rico dulce de almendras.

Con el paso de los años, la leyenda se fue deformando hasta que llegó a Estados Unidos durante el siglo XIX, Coca-Cola le dio su traje rojo y llegó a México durante el gobierno de don Porfirio.

Sin embargo, aunque parezca algo irreal, Santa Claus fue alguna vez un personaje real y hoy está en el santoral. ¿Quién lo diría?